Recientemente
se ha puesto de moda el término “Coaching”
y muchas personas no saben bien a bien qué es y para qué sirve. Suele
confundirse con un tipo de terapia breve, o con alguna de las muchas
disciplinas que están puestas al servicio del desarrollo humano para sanar
heridas del pasado y tener un mejor presente. El coaching no es una terapia,
tampoco es un ejercicio de asesoría, o de mentoring. El coaching es una
disciplina profesional única y que tiene objetivos muy específicos.
La palabra “Coaching” viene del
francés “coche” que era una especie de carreta impulsada por caballos, es
decir, igual que en nuestros días, era un medio de locomoción, algo que te hace
desplazar con rapidez. En el mundo deportivo fue donde se empezó a usar este
término y es el Coach quien visualiza las habilidades de un atleta o de un
equipo y ayuda al deportista a gestionarlas para alcanzar su máximo
rendimiento.
Entonces,
haciendo una similitud, el Coach de negocios, el Coach ejecutivo, el Coach de
vida, o cualquier otro que sea su expertise, es un profesional que a través de
múltiples herramientas, ayuda a una persona a alcanzar un objetivo específico o
a diseñar un mejor futuro en cualquier ámbito de su vida.
El
Coaching se distingue por ser una disciplina que impulsa hacia el futuro, que
en mediano o corto plazo provoca que el coacheé (así se llama a quien recibe el
coaching) logre una meta específica y venza los obstáculos que se presentan en
su camino. Visualiza todos los talentos, cambia de posición al coacheé o
cliente para que no se centre en un solo punto de vista acerca de una misma
situación y tome decisiones efectivas para la consecución de sus objetivos.
Para
recibir un coaching de negocios, el coach no necesita ser experto en el negocio
de su coacheé o cliente, dado que el proceso que llevarán no será una asesoría
o capacitación. Sin embargo sí necesita ser un coach certificado y calificado,
y tener bien desarrolladas las principales herramientas del Coaching, Algunas de
ellas son:
·
Lograr
establecer un clima de confianza y empatÍa
·
Conocer
y practicar técnicas que permitan al coacheé establecer un objetivo claro para
el proceso (una meta)
·
Mantener
una escucha efectiva
·
Ser
capaz de hacer preguntas poderosas que amplíen los puntos de vista del coacheé
·
Establecer
tareas y compromisos claros que lleven a la obtención del estado deseado o
meta, esto con herramientas bien sustentadas.
Una de
las herramientas mas poderosas y que distingue al ejercicio del Coaching son
las preguntas. El Coach formula preguntas que, probablemente el coacheé no se
ha hecho aún. Esto con el interés de ampliar su marco perceptual y lograr que
tenga enfoques múltiples de una misma situación.
Quizá
la mayor diferencia entre la terapia y el Coaching sea que, un proceso de terapia
es regenerador, sana el pasado. El proceso de Coaching es generador, mueve a
nuevos estados y siempre mira hacia el futuro. Quien recibe Coaching está, en
términos generales, bien en la mayoría de los aspectos de su vida, tiene un
buen nivel de bienestar, pero desea estar mejor o alcanzar un objetivo específico.
El principal papel del Coach es acompañarlo en este proceso e irle ayudando a
ampliar su visión en el camino que recorre.