sábado, 5 de enero de 2019

Los propósitos de Año Nuevo


¡Cómo lograrlo esta vez!

Inicia un nuevo año,  y casi siempre, arrancamos repletos de nuevos propósitos. Y, casi siempre, son los mismos que no logramos cumplir el año anterior. Nos prometemos que ahora sí lo lograremos, y nada, que al paso de algunas semanas, perdemos el entusiasmo, nos dejamos llevar por la rutina y volvemos a dejar de lado el esfuerzo que requiere adquirir un nuevo hábito o erradicar otro. Esto nos deja una sensación de incapacidad y frustración que nos desmotiva y terminamos por darnos por vencidos ni bien empezado febrero. 

Son muchos y muy variados los factores que nos hacen perder la fuerza de voluntad que necesitamos mantener para conseguir una meta. Sin embargo, hay algunos tips que te pueden ayudar a lograrlo. Aquí te doy algunos:

  • Prioriza. Realiza una lista de todos los buenos propósitos que deseas alcanzar, pero fíltralos de manera que identifiques el que es para ti más importante o más significativo y empieza por trabajar en éste.  Evita que una lista de propósitos sea tan larga que deje de ser motivante para convertise en algo agobiante y estresante. Alcanzar un propósito resulta muy gratificante, pero es vital que el camino que recorras para alcanzarlo sea también disfrutable. Y no olvides: da un paso a la vez.
  • Conecta. Revisa que los propósitos que te has planteado tengan una relación directa contigo y que estén alineados con tus propios valores. Algunas veces, los propósitos que nos fijamos están más encaminados a cumplir las expectativas de otros y no son en realidad nuestras propias motivaciones. Deseamos bajar de peso porque la mayoría de nuestras amigas son super flacas, no porque deseemos estar más saludables. En estos casos los propósitos se vuelven vacíos y muy pronto los abandonaremos.
  • Empodérate desde el lenguaje. Plantea cada uno de tus propósitos en términos positivos, esto hace que de manera inconsciente tengas más disposición a lograrlo, y que lo veas como algo motivante y desafiante y no como un trabajo por cumplir. Es mucho mejor decir por ejemplo: “Mi propósito de año nuevo es tener mejor condición física” a decir “Mi propósito de año nuevo es ponerme a hacer ejercicio”. Tu cerebro aceptará y trabajará mejor con una meta enunciada en positivo. ¡Haz la prueba y verás!
  • Mira más allá. Detrás de cada propósito identifica las ganancias que aportará a tu vida y no las pierdas de vista. Anclar cada propósito a un “para qué” hará mucho menos tentadora la renuncia. No veas sólo la meta, visualiza todo lo que sucederá cuando llegues a ella.

Por último, no olvides ir midiendo cada paso que vas dando, reconociendo cada pequeño logro que te acerque a tu propósito y compártelo con tus seres queridos. Habla de lo que representa ir recorriendo un camino que te está llevando a ser mejor y verás que el compromiso contigo mismo se hace cada vez mas fuerte.

Te deseo mucho éxito en este nuevo año y que cada uno de tus propósitos te ayude a disfrutar mucho más de la vida. No olvides que con cada día, hay una nueva oportunidad. 

¡Feliz 2019!

jueves, 19 de mayo de 2016

A quienes lloran la ausencia de un ser querido


Tratar de describir el vacío que dejan algunas personas cuando se van es imposible. Al principio, parece que la vida no puede seguir su curso ante tanto dolor. Y sin embargo sigue. Continúan las mismas necesidades, las misas rutinas, e incluso también llegan las alegrías, pero también hay que lidiar con un enorme hueco en el corazón.
Algunos días esas ausencias se sienten mucho más que otros y nos invade una enorme tristeza porque la persona que tanto amamos ya no está más. Es ahí, en ese momento, donde es necesario volver a mirar.
¿Será posible que el amor sea tan efímero que dure sólo mientras duran sanos los órganos? ¿Crees posible que todo lo almacenado en forma de experiencias y recuerdos se vaya para siempre y desaparezca de un momento a otro? ¿Consideras que tanta energía en forma de ideas, sentimientos y recuerdos se apagan como si lo hicieras con un interruptor eléctrico? Mira otra vez.
La muerte ni siquiera es capaz de llevarse un cuerpo físico. Lo transforma. Lo convierte en restos que al final se vuelven polvo. Entonces ¿cómo podrá llevarse del todo tanta energía producida por el amor, las experiencias, las carcajadas y los llantos? Yo creo que tampoco eso se lleva. Yo creo que también la muerte lo transforma y de alguna manera permanece. Sólo hace falta mirar detenidamente.
En muchas situaciones cotidianas, suceden cosas inexplicables. ¿Cuántas veces ante una crisis lograste mantener la calma con una ecuanimidad poco habitual en ti? ¿Podrías relacionarla con la paz que la mirada de un ser muy querido lograba transmitirte? La energía de la paz que te regalaba ahí sigue, existe. La mirada ya no está, pero su esencia continúa influyendo en ti y en tu vida. La energía de una mirada no muere, se transforma.
¿Has sentido reconfortantes caricias al corazón? Es la energía de tanto amor que hoy ha cambiado de forma y te llega y te llena de una manera distinta pero con la misma grandeza. La energía de una caricia no muere, se transforma.
Y en sentido contrario también lo creo. El amor que recibieron las personas que se van, también es energía. También les acompaña de un modo diferente en el viaje que han emprendido, con la diferencia de que, con toda seguridad, para ellos es mucho más evidente que para nosotros. Ellos logran ser más conscientes de lo que se llevan porque ahora nada les distrae de lo verdaderamente importante. Esa energía generada y recibida en vida los hace seres de luz.
No te deshagas pensando si supo cuánto le amaste, seguro lo sabe, porque ahora ese amor forma parte indivisible de su ser.
A ti que lloras la muerte de un ser querido te digo, no dejes de sentirle. Permite que te siga acompañando a cada paso. Encuéntrale en cada fortaleza de tu corazón, en cada recuerdo que te haga sonreír. No le atribuyas tus tristezas, que su ausencia te provoque una dulce melancolía. Hónrale recibiendo la energía que dejó para ti, que sigue generando para ti y multiplícala para que juntos dejen un legado enorme. Mira de cerca, mira y encuentra su presencia confortando tu corazón, forjando tu carácter. Pon atención y seguramente, alguna vez, le encuentres susurrándote pegadito a tu corazón que no hay nada que temer, que todo está y seguirá bien. Déjales saber que los sabes a tu lado, y que también estás y seguirás bien.

RosaMary Rodríguez Piana
Coach Certificado

martes, 4 de marzo de 2014

Las Tres Cajas

LAS TRES CAJAS

Cada situación por la que atravesamos en la vida, puede ser clasificada de muchas maneras. De acuerdo a esa clasificación, será el tratamiento que le demos y desde donde la abordaremos. Por ejemplo, si algo que sucede, decidimos clasificarlo como “problema” lo gestionaremos desde una perspectiva estresada, de mucha presión y sobre todo con algo que debemos resolver, pero con mucha posibilidad de fracaso y su inminente sentimiento de pérdida. En cambio, si esa misma situación la etiquetamos como un “reto”, seguramente nuestra actitud ante él será de esfuerzo, de intención de superación y con el ánimo exaltado, y al final, sin importar el resultado, el sentimiento será de haber dado un paso más.
Sin embargo, hay una forma de mirar las circunstancias que creo puede ser útil para abordarlas de una manera adecuada y efectiva, sin cometernos a un desgaste infructuoso. Esta clasificación la llamo “de pertenencia”.
Imagina que tienes enfrente tres cajas, y que en cada una de ellas puedes depositar cada circunstancia que ocupe tu atención. Cada caja tiene una etiqueta, en una de ellas se lee “Mis Cosas”, en la segunda la etiqueta dice “Cosas de los otros” y en la última dice: “Las cosas de Dios”.
Piensa ahora en esa situación que te arrebata la tranquilidad. Mira tus cajas enfrente. ¿Dónde cabría ese asunto que te da vueltas en la cabeza?
Si ese asunto se puede modificar a partir de algo que hagas, o dejes de hacer, si requiere que te pongas en acción y provoques que las cosas caminen de mejor manera, definitivamente va en la caja que dice “Mis Cosas” ¿Qué esperas? ¡Pónlo ya en esa caja! Deja de preocuparte y ocúpate ya. Diseña una estrategia, un plan de acción y ¡manos a la obra! No pierdas más tiempo. Si esa estrategia no funcionó, descártalo y anda por el plan B, pide ayuda, capacítate mejor y vuelve a abordarlo ahora con mejores herramientas. En esta caja caben cosas del tipo: mejorar mi nivel económico, trabajar en mis relaciones familiares, revisar mis metas, mejorar mi desempeño como padre, diseñar estrategias para conseguir mis sueños, etc.
Ahora bien, si ese asunto que te preocupa lo miras bien y resulta que, hagas lo que hagas, no está en tu poder cambiar el rumbo de las cosas, que no depende de ti, que por mas esfuerzos que hagas éstos son en vano porque en realidad están bajo la influencia de otro, entonces deja de tratar de meterlo a la caja de “Mis cosas” ¡Eso no cabe ahí! Suelta ya la necedad de asumir la responsabilidad de otro. No caigas en la trampa de querer ayudar y resolver a costa de todo, esto no te hace bien a ti, y ¡cuidado! No le hace bien a NADIE. No te culpes por lo que sucede en la jurisdicción del otro, no cargues con lo que no te corresponde, porque al final, no sólo no lograrás resolver ese asunto, sino que también hay un altísimo riesgo de dañar tu relación con los demás. Mira bien, ese asunto cabe perfectamente en la caja de “Cosas de los otros” Aquí caben paquetes del tipo: “¿Y si mi pareja me es infiel? ¿Y si mi hijo se casa con esa mujer? ¿Cómo hará mi hermano para conseguir trabajo?” Deja ahí esos paquetes, se respetuosamente solidario y confía que no hay nada mejor que cada quien se haga cargo de lo que le corresponde.
Por último, hay asuntos que no dependen de ti, ni de tus seres queridos más cercanos. Cosas que están más allá de los esfuerzos humanos y que debemos entregar al único que puede manejarlos. Adivinaste! Estamos hablando de la caja “Cosas de Dios” donde caben todos esos asuntos a los que no les encontramos una explicación inmediata, pero que generalmente nos preocupamos por ellos muchísimo antes de que sucedan, por ejemplo “¿y si nos subimos al avión y morimos todos? ¿Y si llueve y se inunda toda la casa?” Esas cosas tan temidas que creemos no merecer y que el sólo pensar en la posibilidad de que sucedan nos genera estrés y desasosiego. Si depositamos esas preocupaciones en esa caja, podremos vivir un presente más pleno.
De este modo, si llegaran a ocurrir eventos desagradables en nuestras vidas, serían muy pocos los auto-reproches que se generan a partir del “si yo hubiera…” ya que estaríamos muy bien ocupados en nuestra caja, viviendo plenamente, siendo proactivos, provocando cosas buenas a partir de la caja “Mis cosas”,  sin distraernos hurgando en las otras dos cajas y sin olvidar la caja más importante, donde solo nosotros influimos. Viviríamos mas felices y con un mejor grado de co-responsabilidad. Con mas ocupación y menos preocupación inútil.
¿Qué te preocupa hoy? ¿A cual caja pertenece?

LifeCoach Rosamary Rodriguez Piana

martes, 1 de octubre de 2013

El Sacrificio


El Sacrificio
 


 

Hace unos días, leí acerca del sacrificio. Mi sorpresa fue enorme en lo que encontré. Hemos sido tan injustos con el sentido que le hemos dado a esta palabra, que aún me cuesta entender en qué momento la desvirtuamos. Hoy sé que mi trabajo es un sacrificio para mí. Que ser madre es y será siempre mi mayor sacrificio. Que cultivar cada día un pedacito de mí y compartirme, también es uno de los sacrificios más importantes de mi vida. ¿Sabes por qué? Porque SACRIFICIO significa "un oficio, o un quehacer sagrado. Hacer sagradas las cosas, honrarlas" Muy lejos del sentido de dolor y pérdida que le hemos dado, tomando la postura de mártires o víctimas, empleando el lenguaje como una herramienta de flagelación, de anclaje, en lugar de usarlo para construir una realidad brillante y privilegiada. ¿A cuántas creencias limitantes como ésta estaremos atados? ¿Cuántas conversaciones hemos mantenido a solas, donde hemos utilizado un lenguaje para crearnos una realidad tan poco luminosa?

Ojalá todos construyamos una vida llena de maravillosos SACRIFICIOS.
 

 

 

domingo, 29 de septiembre de 2013


Mis principios de riqueza




La riqueza no sólo se refiere a la económica. Esta es una de ellas, pero hay decenas, riqueza de talento, de cariño, de conocimientos, etc Y claro, de dinero. He descubierto que en base a la riqueza, existen los siguientes principios:


1.     Ningún tipo de riqueza que provenga del dolor, la humillación o el abuso de alguien, puede considerarse riqueza. Cuando mucho, será un "bien" o "activo" efímero y poco productivo en las manos de quien lo obtiene.

2.    La riqueza que no se comparte, no se multiplica. Compartir la riqueza permite que esta posea la capacidad de "desdoblarse" y convertirse en abundancia. Sea cual sea la naturaleza de tu riqueza, si la compartes, se multiplica. Compruébalo con una sonrisa, si ofreces una, recibes otra. ¿No te convence? Entrega el amor que posees dentro de ti, recibirás mucho más a cambio. Comparte tus alimentos, aunque no lo creas, rendirán para ti y para los demás. Atrévete a intentarlo con tu dinero, compártelo y ve lo que pasa. El agua estancada, se pudre, la que fluye siempre está fresca.

3.    Nunca regatees lo que cada cosa vale. Todo tiene un costo (que no es lo mismo que un precio), amar conlleva el costo del cuidado, La entrega y la dedicación. Incluso el amor a uno mismo. Así como las cosas materiales tienen un costo. Cuando estés decidido a obtener una riqueza, paga el costo sin regatear. Valora sólo dos cosas: ¿tienes los recursos (dinero, nivel de compromiso, salud emocional, tiempo, etc.) para obtenerlo? Si la respuesta es sí, entonces piensa si te parece justo lo que debes pagar. Si es así, no subestimes lo que otros ofrecen, paga y ya.

4.    Nunca pelees por obtener riqueza. No te desgastes, nunca funciona. Pelear por dinero, suplicar amor, forzar una amistad, todo esto provoca exactamente el efecto contrario: lo que deseas obtener se esfumará. La riqueza se obtiene a partir de uno mismo, siempre. Suplicar o pelar con alguien más para obtenerla te hace mucho más pobre que como iniciaste esa batalla.

5.    Todas las riquezas que obtengas deberán ser ocupadas para mejorar tu ser, no sólo tu hacer. De esta manera se justifica y se dignifica la posesión de las mismas. Cuando las riquezas sólo sirven para alimentar el ego, terminas siendo esclavo de ellas y sin disfrutar cada paso que das por la vida. La riqueza de conocimiento sin nobleza en el corazón, la riqueza económica sin sensibilidad en el alma, la riqueza de talento sin tocar el espíritu, son sólo ollas vacías, no te pertenecen, les perteneces.

Todos podemos tener un paso por la vida valioso, grandioso, brillante y feliz. Todos somos capaces de generar riqueza. ¿El secreto? Nunca dejar de mirar a los otros, nunca dejar de compartirnos con los demás, dejar que cada ser abone en nosotros y juntos cultivar una vida de riqueza, ENRIQUECIENDO.

domingo, 21 de julio de 2013

Carta de un padre a su hija
Querida Cutie-Pie

Recientemente, tu madre y yo estábamos buscando algo en Google. A la mitad de escribir la pregunta, Google nos mostró una lista con las búsquedas más populares en el mundo. La búsqueda más popular en la lista era ‘Cómo mantenerlo interesado’.

Me sorprendió. Revisé varios artículos de la incontable cantidad que aparecieron acerca de cómo ser sexy y sexual, cuándo llevarle una cerveza en vez de un sándwich y las formas de hacerlo sentir más inteligente y superior.

Me enfurecí.

Pequeña, esto no es, nunca ha sido y nunca será tu trabajo -’mantenerlo interesado’.

Pequeña, tu única tarea es saber muy dentro de tu alma –en ese lugar inquebrantable que no se transforma por el rechazo, la pérdida o el ego- que tú eres digna de interés. (Si puedes recordar que todos también son dignos de interés, estarás por ganar la batalla de tu vida. Pero esa es otra carta para otro día.)

Si puedes estar segura de que vales en este sentido, serás atractiva en la manera más importante del mundo: atraerás a un chico que sea digno de tu interés y que también querrá pasar su vida invirtiendo todo su interés en ti.

Pequeña, quiero decirte algo acerca del hombre que no necesita que lo mantengan interesado, porque él sabe que tú eres interesante:

No me importa que ponga los codos en la mesa –siempre y cuando él ponga sus ojos en la manera en que tu nariz se frunce cuando sonríes. Y que luego no puede dejar de ver.

No me importa si no puede jugar golf conmigo –siempre y cuando él pueda jugar con los hijos que le des y disfrute todas las formas gloriosas y frustrantes en las que se parecen tanto a ti.

No me importa que no persiga el dinero –siempre y cuando él persiga su corazón y siempre lo lleve de vuelta a ti.

No me importa si es fuerte –siempre y cuando él te dé espacio para ejercitar la fuerza que hay en tu corazón.

No me podría importar menos si vota –siempre y cuando se levante cada mañana y te elija un lugar de honor en tu casa y un lugar para venerarte en su corazón.

No me importa el color de su piel –siempre y cuando él pinte el lienzo de sus vidas con pinceladas de paciencia, sacrificio, vulnerabilidad y ternura.

No me importa si fue educado en esta religión o en otra o en ninguna –siempre y cuando haya sido educado para valorar lo sagrado y para saber que cada momento de la vida y cada momento que pase contigo es algo profundamente sagrado.

Al final pequeña, si te topas con un hombre como ese y parece que él y yo no tenemos nada en común, en realidad tendremos en común lo más importante:

Tú.
Porque al final, pequeña, la única cosa que debes hacer para ‘mantenerlo interesado’ es ser tú misma.

Tu hombre eternamente interesado

Papá

Kelly M. Flanagan

lunes, 22 de abril de 2013

¿Buscas pareja? ¿O buscas quien te haga feliz?



Cuando estamos en búsqueda de una relación, solemos pensar en encontrar a alguien que nos haga felices. También después una ruptura, el solo hecho de pensar en la posibilidad de quedarnos solos es aterrador, y empezamos a buscar la felicidad en pareja y llegamos a iniciar una nueva relación sin estar completamente seguros de haber cerrado un ciclo adecuadamente. El comenzar de nuevo con la idea de que "ahora sí seremos felices" es algo muy común, y no muy atinado. ¿Te suena familiar? ¡Sigue leyendo!
Con mucha frecuencia, cuando hago el planteamiento de ¿qué buscas en una relación de pareja? Recibo la respuesta, de "Alguien que me haga feliz" Esto con una antesala de peticiones como: "que me respete, que me permita ser yo mismo, que sea su prioridad, que me acepte tal como soy, que compartamos todo juntos, que me atienda" etc. ¡Vaya! Un príncipe azul o una princesa de cuento que además tenga súper poderes, porque el hecho de hacer feliz a otro, ¡tiene que ser un súper poder fuera de toda facultad humana!
Lamento decirte que si eso es lo que estás buscando, estás perdiendo tu tiempo. Sufrirás un descalabro tras otro porque nadie tiene el poder de hacerte feliz. Tal y como nadie tiene el poder de respirar por ti.
Las necesidades esenciales de tu vida sólo las puedes satisfacer tú mismo, y ser feliz pertenece a ese ámbito.
Te invito que a partir de hoy, dejes de buscar quien te haga feliz y empieces a descubrirte a ti mismo desde tus propias capacidades y fortalezas, que reconozcas tus áreas flacas y las conviertas en grandes desafíos a conquistar. Empieza a construirte como un ser pleno. Haz todo aquello que te engrandezca. Traza un plan de vida que te haga vibrar, que te motive a ser mejor cada día, a luchar por estar donde quieres estar. Trabaja sin descanso en reinventarte cada día, para que cada vez seas una nueva y mejor versión de ti mismo. Identifica tus valores y alinea cada área de tu vida a ellos. Honra el lugar de dónde vienes y no dejes de dar, al menos un pequeño paso, hacia dónde vas. Construye cada día tu felicidad con tus propias herramientas, bajo tu propio concepto de la misma, responsabilízate de ella. Atiende cada una de las necesidades de tu cuerpo, de tu mente y de tu espíritu. Y entonces, y sólo entonces, estarás en condiciones de compartir todo lo que eres con alguien más, y con seguridad verás que ese alguien está también haciéndose cargo de sí mismo y de su felicidad. Sabrás que, así como a nadie has hecho responsable de construirte, no mereces hacerte responsable de nadie. Pero que tomarse de la mano y cooperar en el crecimiento del otro es una forma de trascender y la única manera de tener una sana relación de PAREJA.
RosaMary Rodríguez Piana
LifeCoach Certificado